En la primera reunión, nuestro enfoque es escuchar atentamente al cliente para comprender sus necesidades y expectativas. Esta fase es crucial, ya que se establecen los objetivos de la reforma, que pueden incluir el mejorar la distribución del espacio, actualizar instalaciones obsoletas o cambiar acabados para lograr una estética más moderna.
Durante esta conversación, analizamos cada detalle y tomamos notas que servirán como base para el desarrollo del proyecto. Nuestro objetivo es generar un ambiente de confianza donde el cliente se sienta cómodo expresando sus ideas. Al finalizar esta etapa, se crea un diagnóstico que guía el proceso de diseño y ejecución, asegurando que cada reforma sea única y satisfaga las necesidades específicas de nuestros clientes.
Estamos comprometidos en ofrecer un servicio personalizado, garantizando que la reforma refleje la visión del cliente con la mayor calidad y profesionalismo.
Familias y personas individuales: Aquellos que desean mejorar su calidad de vida renovando su vivienda. Estos clientes buscan mejorar la funcionalidad de su hogar, actualizar las instalaciones o simplemente modernizar la estética del espacio.
Nuevos propietarios: Personas que acaban de comprar una vivienda de segunda mano y desean personalizarla o hacerla habitable antes de mudarse.
Propietarios que buscan revalorizar su vivienda: Clientes que desean realizar mejoras para aumentar el valor de su inmueble, ya sea para venderlo en el futuro o alquilarlo a un precio más alto